Comunidad Lavras Da Mangabeira, Brasil
Con mucha alegría, participamos de la celebración que beatificó a la joven Benigna Cardos de Silva. Un momento histórico para nuestra Iglesia Diocesana. La misa se celebró el día de su martirio, ocurrido el 24 de octubre de 1941, en el Parque de Exposiciones Pedro Felício Cavalcanti de la ciudad de Crato, con la participación de unas 60.000 personas. Fue presidida por el Cardenal Leonardo Steiner, representante del Papa, quien invitó a los presentes a agradecer a Dios por la que fue bien nacida para la Iglesia: el testimonio de esta joven que alcanza la santidad, un testimonio para nuestra realidad de nordestinos:
“Hoy alabamos a Dios por vida y por el testimonio de aquella que por el martirio fue bien-nacida para la Iglesia como Bien-aventurada, indicadora y defensora de la dignidad de la mujer… Prefirió la muerte antes que la pasión, prefirió la muerte que romper con su dignidad.”
Benigna Cardoso da Silva es conocida por haber sido mártir a los 13 años de edad, luego de rechazar las insinuaciones sexuales de Raúl Riberio. Se defendió hasta el punto de que Riberio la mató con un machete que llevaba consigo. Ella, como todas las tardes, iba a buscar agua en una fuente para el consumo y para regar las plantas. Junto a la fuente, Benigna ofreció su vida en fidelidad a Jesús.
Desde su muerte en 1941, el entonces párroco de la ciudad de Santana do Cirirí escribió: “¡Heroína de la castidad! Que su santa alma convierta esta parroquia y sea protección para los niños y familias. Estos son los votos que hago a nuestra santita” (Libro de bautismo). Y el pueblo empezó a realizar procesiones y a invocarla en sus necesidades, alcanzando gracias y favores.
Desde muy temprano, la Palabra y la Eucaristía fueron bebida y alimento de Benigna. De esa fuente recibía fuerzas para perseverar, resistir, temperarse y permanecer fiel a los deseos de su corazón.
En su tierna edad, leía las historias da Sagrada Escritura, participaba de la comunidad, cuidaba de las tías enfermas. Creció en bondad y generosidad, en el cuidado a las personas ancianas, aprendió en la infancia a amar Jesús. “O seu amor, a sua misericórdia, a levou ao martírio”, resaltó el Cardenal Don Leonardo.
“Al contemplar a nuestra “santita”, como popularmente la llamamos, con su vestido rojo y pelotitas blancas, vestido simple de nuestra cultura, vestida de “chita”: tenemos en el cielo una Beata vestida de “chita”, en la simplicidad de una niña, porque Dios escoge a los débiles para confundir los fuertes”, concluyó nuestro Obispo Diocesano Don Magnos Henrique.
Con nuestro corazón lleno de gozo, por el regalo de participar de este momento tan significativo para la Iglesia y para todo el pueblo Nordestino, pedimos que nos conceda la gracia de gastar toda nuestra vida viviendo, como la Beata Benigna, en el amor y fidelidad a Jesús hasta el final de nuestra vida.
Que la Virgen del Carmen, a quien todos los días Benigna invocaba como Madre, interceda para que podamos perseverar en nuestro seguimiento de Jesús.