“La vocación es un don precioso que Dios siembra en el corazón”
Papa Francisco
Casa de Formación de Zinapécuaro, México
18 de marzo. Bendición del hábito
La comunidad de la Casa de Formación en Zinapécuaro, México, vivió el 18 de marzo una celebración profundamente significativa: la ceremonia de bendición del hábito religioso, presidida por el padre David y acompañada por la presencia de la Madre General y su Vicaria, que estaban visitando la comunidad.
La Novicia Evanisha, oruinda de Megalasha, India, sostenía en sus manos el hábito religoso que vestirá en su Profesión religiosa, para ser una Hija de la Inmaculada Concepción. Su alegría fue compartida por todas las Hermanas presentes, que vivieron con emoción este momento de gracia.
Durante la homilía, el sacerdote ofreció una reflexión muy profunda sobre el valor del hábito religioso. Expresó que el hábito no solo comunica a los demás que quien lo porta pertenece a Dios, sino que también es un recordatorio constante para la propia religiosa de su consagración. “Cada vez que se vistan el hábito —dijo— recuerden que son de Dios, que su vida le pertenece por entero”. La ceremonia fue sencilla, pero llena de significado espiritual.
19 de marzo. Votos Temporales Hermana Evanisha
En la Solemnidad de San José, la Hermana Evanisha, emitió sus votos de pobreza, castidad y obediencia en presencia de la Madre General. Fue un momento de gracia y alegría compartida, en el que se celebró el sí generoso de una joven que consagra su vida al Señor.
La ceremonia fue presidida por el presbítero Manuel Cruz Maravillas, primer párroco que recibió a las hermanas en esta parroquia de la Santa Cruz. En su homilía, el padre Manuel destacó la belleza de la entrega total a Dios y el testimonio que representa la vida consagrada en medio del pueblo de Dios.
Al finalizar la celebración, la comunidad se reunió en el salón parroquial para compartir un momento fraterno. La Hermana Evanisha recibió el cariño de todos los presentes, especialmente de los fieles de la parroquia, quienes expresaron con gestos sencillos su aprecio por las hermanas y su cercanía espiritual.
La Congregación agradece a Dios por el don de esta vocación y pide a todos que se unan en oración por la fidelidad de la hermana Evanisha, para que su vida consagrada sea fecunda y luminosa, al servicio de la Iglesia y del carisma recibido.
La Congregación da gracias a Dios por la vocación de la Hermana Evanisha y por cada joven que responde con generosidad al llamado del Señor. Que esta bendición sea semilla de nuevas vocaciones en tierra mexicana.
