Colegio Inmaculada Concepción. Bs. As., Argentina
“Cuando escuché su saludo, el bebé saltó en mi vientre”
Lucas 1, 43-45
El primero en reconocer a Jesús, el Mesías, fue un no nacido.
El domingo 20 ante el lema “Cuidemos las dos vidas”, caminamos juntos con la comunidad de las Hijas de la Inmaculada Concepción, para defender el don y el regalo más grande que Dios nos ha dado: LA VIDA. Defenderla y protegerla en todas sus formas es nuestro deber.
Estamos convencidos que ninguna vida vale más que otra. Nadie tiene derecho sobre la vida de otro ser. No es una cuestión de sentimientos, es una cuestión ética, la misma ciencia nos acompaña demostrando el momento del inicio de la vida.
El niño no nacido no puede alzar su voz para defenderse, es por eso que debemos darle voz y hacer valer su vida. Dicen que el que calla otorga… porque no nos podemos callar en algo tan serio y comprometido es que marchamos por la vida.
Hay muchas soluciones verdaderas, el aborto nunca es una de ellas. El aborto no tiene vuelta atrás.
Es nuestro deber como personas defender la vida, nuestro primer derecho, ¡EL DERECHO A VIVIR! Si este primer derecho es atacado y mancillado, cómo podemos esperar que todos los demás sean respetados.
Vivir en comunidad estos momentos difíciles hace que podamos fortalecernos para defender la vida. Ver a los argentinos unidos cantando nuestro himno frente al Congreso de la Nación y vivando “Todo vida vale”, “Salvemos las dos vidas” nos da esperanzas como pueblo que defiende la Verdad y la Justicia.