Primera celebración de la Inmaculada en India

Comunidad Immaculate Conception – Hubli

Comenzamos esta gran Fiesta con la Santa Misa en nuestra casa, con la presencia de algunas familias, a las cuales les ofrecimos unos dulces.

A media mañana, de sorpresa, llegó toda la comunidad de las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, para saludarnos y dejarnos un presente. Experimentamos mucha alegría al sentirnos una familia, sirviendo al mismo rey.

Después de almorzar, nos reunimos con un matrimonio y algunos laicos para llevar regalos al Hogar de niñas huérfanas, donde viven 120 pequeñas, desde pocos meses hasta 18 años. El estar con ellas fue una experiencia que nos llegó al corazón. Es difícil expresar todo lo que sentimos en el alma al ver sus rostros  tristes y sus miradas sin esperanza. Al principio, se acercaron a nosotras con un poco de temor; pero luego de saludarlas con todo nuestro afecto, no querían alejarse. No podíamos contener las lágrimas. Es una realidad muy cruda: pensamos que son doblemente huérfanas, primero porque carecen de padres, segundo porque están solas  y no hay quien le brinde calor maternal. La casa está muy deteriorada, es pobre, fría, y  no ofrece contención para las nenas.

Al regresar a casa, nos reunimos en la Capilla para el rezo de Vísperas y el canto del Akathistos.

Para coronar el día, nos dirigimos a la Parroquia San Pablo, donde se realizaba un concurso de villancicos, con la participación de las parroquias y colegios católicos de la zona. Fue un hermoso espectáculo, que terminó con un homenaje a nuestra Madre Purísima.

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Comunidad Immaculate Conception – Hubli

Comenzamos esta gran Fiesta con la Santa Misa en nuestra casa, con la presencia de algunas familias, a las cuales les ofrecimos unos dulces.

A media mañana, de sorpresa, llegó toda la comunidad de las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, para saludarnos y dejarnos un presente. Experimentamos mucha alegría al sentirnos una familia, sirviendo al mismo rey.

Después de almorzar, nos reunimos con un matrimonio y algunos laicos para llevar regalos al Hogar de niñas huérfanas, donde viven 120 pequeñas, desde pocos meses hasta 18 años. El estar con ellas fue una experiencia que nos llegó al corazón. Es difícil expresar todo lo que sentimos en el alma al ver sus rostros  tristes y sus miradas sin esperanza. Al principio, se acercaron a nosotras con un poco de temor; pero luego de saludarlas con todo nuestro afecto, no querían alejarse. No podíamos contener las lágrimas. Es una realidad muy cruda: pensamos que son doblemente huérfanas, primero porque carecen de padres, segundo porque están solas  y no hay quien le brinde calor maternal. La casa está muy deteriorada, es pobre, fría, y  no ofrece contención para las nenas.

Al regresar a casa, nos reunimos en la Capilla para el rezo de Vísperas y el canto del Akathistos.

Para coronar el día, nos dirigimos a la Parroquia San Pablo, donde se realizaba un concurso de villancicos, con la participación de las parroquias y colegios católicos de la zona. Fue un hermoso espectáculo, que terminó con un homenaje a nuestra Madre Purísima.

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