Colegio Inmaculada Concepción. Buenos Aires, Argentina

Desde hace unos años, en la Arquidiócesis de Buenos Aires, la tradicional Misa y Procesión de Corpus Christi está acompañada por “Marchas Juveniles” que salen de los cuatro ángulos de la Ciudad, convergen en Plaza Once y desde allí caminan todos juntos hasta la Plaza de Mayo. Frente a la Catedral, el Arzobispo preside la Misa. Los jóvenes se expresan con su alegría y sus cánticos; recogen peticiones y dan un testimonio de fe por las calles.

El Cardenal Mario Poli se hizo eco de las palabras del Papa Francisco al señalar que “en la sociedad existe una palabra clave a la que no tenemos que tener miedo: solidaridad”. Recomendó “poner a disposición de Dios aquello que tenemos, nuestras humildes capacidades, porque sólo en el compartir, en el donarse, nuestra vida será fecunda y dará frutos”.

Un grupo de la comunidad educativa del Colegio Inmaculada Concepción estuvo presente, con el deseo de honrar a Jesús Eucaristía, pan de Vida eterna.

“Denles ustedes mismos de comer”

También en nuestra Capilla quisimos honrar a Jesús Eucaristía. Preparamos un momento de adoración. Varios profesores amasamos panes, que se colocaron delante del altar. Los repartimos a todos los alumnos y a los docentes simbolizando que Jesús es ese Pan que se parte y se reparte para todos. Con mucha alegría  pensamos en esa masa como una manera más concreta a través de la cual podíamos llevar a Jesús a nuestros alumnos, repitiendo el gesto de “darles nosotros mismos de comer”: ésa fue nuestra frase, la que trabajamos toda la semana.

 

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