Ciudad de Buenos Aires
Las Hijas de la Inmaculada Concepción estuvimos presentes en la inauguración de la primera Parroquia dedicada a San Juan Diego fuera de México.
San Juan Diego fue el humilde indiecito al cual se le apareció Nuestra Señora de Guadalupe en el año 1531, en el cerro del Tepeyac. Milagrosamente quedó la imagen de la Virgen, morena y con rasgos mestizos, impresa en su ayate (especie de poncho). Desde ese momento, María asegura su protección maternal sobre el continente, que la llama “Emperatriz de América”.
La inauguración del Templo tuvo lugar el pasado 1° de mayo. Los actos comenzaron a las 10hs., con la recepción de las Parroquias vecinas, a las cuales se les invitó a acercarse trayendo en andas o carrozas a sus Santos Patronos, como signo y expresión de comunión fraterna entre las Comunidades vecinas. A las 11hs. se celebró la Santa Misa, presidida por el Arzobispo de México Cardenal Norberto Rivera Carrera, que fue invitado especialmente para esta ocasión por nuestro Arzobispo de Buenos Aires, el Cardenal Mario Poli. Juntos consagraron el Nuevo Templo Parroquial, en el cual se entronizaron las imágenes de San Juan Diego y la Virgen Guadalupana, traídas desde México.
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Nuestras Hermanas Nayeli y Elizabeth, mexicanas residentes en Buenos Aires, acompañadas por la novicia Farla, participaron en esta hermosa celebración, con el orgullo de haber nacido en la tierra que María eligió para hacerse presente en los inicios de la evangelización, diciéndonos a todos las palabras que dirigió a su hijo Juan Diego, “el más pequeño”:
No se turbe tu corazón… ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy Tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿Qué más te falta?