“La Hija de la Inmaculada Concepción desde el comienzo de su vida religiosa, tratará de tomar cada día más conciencia de que toda su vida espiritual y su apostolado esté centrado en el misterio de la Inmaculada Concepción, como carisma particular que distingue a su Instituto.”
(Constituciones 72)
“Las fases de formación de las Hijas de la Inmaculada Concepción son: el Postulantado, el Noviciado y el Juniorado.”
(Constituciones 73)
PRENOVICIADO: El Instituto recibe entre sus miembros a jóvenes que manifiesten el deseo de compartir nuestra vida, estén animadas de motivos sobrenaturales, reúnan las condiciones establecidas por el Derecho Canónico y sean consideradas idóneas por la Superiora General o una de sus delegadas.
Tiene la duración de un año. Introduce a la prenovicia en la espiritualidad propia del Instituto. Finaliza con el ingreso al Noviciado.
NOVICIADO: Es un período de formación específica en la vida religiosa. Tiene la finalidad de ayudar a la joven a profundizar y valorar el don de la vocación y el carisma de nuestro Instituto. La novicia va penetrando poco a poco en el misterio de la comunidad reunida en el amor, cuyo fruto es alegría y paz.
Su duración es de dos años. En el segundo, la joven, aún continuando su formación doctrinal, se dedicará, durante breves períodos, a las actividades del Instituto, para poder ir insertándose progresivamente en el apostolado. Dos meses antes del final del Noviciado, presentará por escrito la solicitud para realizar la Profesión temporal, que consiste en la emisión de los Votos de Castidad, Pobreza y Obediencia por el término de un año.
JUNIORADO: Es el período de cinco años que precede a la Profesión perpetua. Tiene la finalidad de ayudar a la religiosa a continuar, desarrollar y consolidar su formación, renovando anualmente sus Votos. Es una escuela de oración, de caridad fraterna y de vida comunitaria. Las jóvenes se dedican al estudio y a la actividad apostólica.
Concluye con la consagración total a Dios a través de los Votos perpetuos.