Después de una fervorosa novena en Comunidad, que nos envió la Madre Mabel, celebramos la Eucaristía votiva del Santo Rostro, con unos bonitos cantos y participación.
Al no tener clases, nos pudimos dedicar más a la oración y a la adoración, que ofrecimos de 19 a 20 hs. en Comunidad.
Esta Fiesta se destacó también en la comida distendida y diferente de los otros días de actividad normal.
La devoción al Divino Rostro, la difundimos todo el año entre nuestros grupos de trabajo y en la parroquia, por medio de las revistas de la Madre Pierina y la distribución de las medallas.
Lo que emana del Divino Rostro es amor, y por eso quiere ser más conocido.