COMUNIDAD IMMACULATE CONCEPTION
Multiplicación de cinco panes y dos peces (Mt 14:13 – 21)
Homilía y Reflexión de Padre Prashant de la Parroquia de San José (keshwapur Hubli)
En el día de Madre Eufrasia
Cuando leí la vida de Madre Eufrasia, pensé cómo hacer que su vida y sus cualidades fueran aplicables a mi vida y mi misión como Sacerdote. Así, el pensamiento y el mensaje me quedaron claros desde el momento en que comencé a reflexionar y meditar sobre las lecturas de hoy, especialmente el Evangelio. Resalta claramente el llamado de Madre Eufrasia y su misión de servir al Señor, y convertirse en otra María para las personas que encuentra.
El Evangelio de hoy destaca la naturaleza de Dios, que es misericordioso y compasivo. Él siempre busca satisfacer las necesidades de sus hijos y siempre viene en su ayuda. ÉL es un Dios que siempre provee de su abundante amor y misericordia. En el Evangelio de hoy, Jesús siente compasión por todas las personas. Estuvieron con Él durante muchos días y no tenían nada para comer. No podía soportar el hecho de enviarlos de vuelta con hambre, menos que se desmayaran y cayeran. Por lo tanto, Jesús es consciente de la necesidad de la gente.
Jesús a través de Madre Eufrasia también tuvo compasión de las personas, de los más necesitados. Especialmente lo vemos en el hecho de que ella va en ayuda de los inmigrantes de Italia. Ella ve su pobre condición y tiene compasión de ellos. Como Jesús, es consciente de la necesidad de la gente. Su corazón se movió hacia ellos y por eso sintió la necesidad de ayudarlos.
Más adelante, en el Evangelio, vemos la fuerte actitud de los discípulos, aquellos que estuvieron con Jesús durante muchos meses y días. Habían visto y presenciado los milagros y maravillas de Jesús, pero vemos que se acercan directamente a Él y le dicen que despida a la gente. Incluso cuando Jesús les pidió que les dieran algo de comer, se confundieron y no pudieron darle una respuesta positiva. Como sabían quién era Jesús, deberían haber dicho algo así: “Señor, por favor, ayúdalos. “
Es obvio y cierto que los discípulos estaban confundidos. Algo similar pasó en la vida de Madre Eufrasia. Debe haberse confundido y seguramente lo pasaría mal cuando la Congregación recién nacida estaba en problemas y el carisma casi comenzaba a morir. Se le pidió que mantuviera vivo el carisma. La gracia de Dios y su fe en Él, la mantuvieron viva. Así, en su vida, vemos que Dios es un Dios que provee y santifica.
El Evangelio dice además que Jesús les pregunta qué tenían y la respuesta de los discípulos fue que tenían recursos limitados. Para Dios nuestra limitación es suficiente para que Él haga obras maravillosas. A través de esto, aprendemos que, aunque tengamos poco para ofrecer, el Señor lo hace útil para Sí mismo y obra maravillas.
Cuando reflexionamos sobre la vida de Madre Eufrasia, vemos que el Señor también le preguntó cúanto tenía para ofrecerle, y tenía poco, pero para el Señor fue suficiente. Lo multiplicó e hizo de ella una Congregación, una gran familia, que ahora atiende las necesidades de muchos y llegó hasta el extremo, incluso a la India. Madre Eufrasia le ofreció cinco panes y dos peces: su vida y su ser total, y el Señor hizo maravillas. Revivió la Congregación formada por su tía, Madre Fabiano. Mantuvo el carisma vivo y en marcha. A través de la Madre Eufrasia, la Congregación comenzó un nuevo camino, con el carisma de ser otra María en el mundo de hoy, ofreciéndose totalmente al servicio del otro.
Queridas hermanas, el Evangelio y la vida de Madre Eufrasia, cuando los conectamos, nos enseñan que somos siervos de Dios y estamos llamados a entregarnos totalmente a Él. Madre Eufrasia seguramente pasó por muchas dificultades, por ejemplo cuando tuvo que viajar por mar a la Argentina y tenía que vivir en una tierra extraña, y más tarde tuvo que regresar a Italia, cuando la llamaron para hacer revivir la Congregación, y tuvo que comenzar de cero, desde el principio. Madre Eufrasia, con su vida, nos enseña que nuestros momentos difíciles se volverán fáciles, si nos entregamos totalmente a Él.
Queridas Hermanas, recuerden que elegir seguir al Señor para servirlo, es como caminar por un camino de rosas. Desde arriba se ve hermoso y agradable a nuestros ojos, pero desde adentro es doloroso, debido a las espinas. Nos duele, pero aquí nuestro trabajo es mirar a Dios. Aprendamos nuevamente de la Madre Eufrasia, ya que ella también enfrentó dificultades, pero desde el momento en que levantó la vista y se entregó al Señor, Él la guió, y así pudo alimentar a miles, como hizo Jesús en el Evangelio de hoy.
Feliz día, para todas ustedes, de la Venerable Madre Eufrasia.