Semana Santa virtual y verdadera

Semana Santa 2020

En nuestras comunidades, se dieron distintas iniciativas para vivir intensamente esta Semana Santa, que nos encontró a todas en cuarentena por el COVID19. Sin embargo, gracias a la creatividad y a los medios virtuales, pudimos acercar a las familias el espíritu religioso de estos días tan significativos para los cristianos. En unión con toda la Iglesia, pudimos acompañar a Jesús en el misterio central de la Redención, obrada por su Muerte y Resurrección. Compartimos las distintas iniciativas.

En esa Semana tan importante, la Hna. Mabel, nos envió un hermoso mensaje a todas las Comunidades:

 

UN CONSUELO PARA LOS ENFERMOS

El día 5 de abril, celebramos en la capilla del Hospital Pirovano el Domingo de Ramos, misa privada presidida por el Capellán, Arnaud de Malartic. Físicamente estábamos la Hna. Martha y la Hna. Julieta, pero muchos estaban junto a nosotras espiritualmente.

Para esta ocasión, a falta de ramos de olivo, preparamos ramos de laurel y algunos no eran ramos sino hojitas pegadas a una tarjeta, para poder tener más cantidad y repartirlas entre el personal que trabaja en el Hospital.

Comenzamos a las 12:20 hs. en el atrio de la Capilla, luego de la bendición de ramos, realizamos la procesión. En la proclamación del Evangelio, éramos ¡tres! ¡Qué extraños nos sentimos! Sólo tres…  El Padre en la homilía, marcando la soledad y consolaciones de Jesús, expresó: “ojalá seamos ángeles, que podamos quebrar la soledad de tantos enfermos en este tiempo”.

Por la tarde, repartimos las estampas con hojas de laurel benditas a los enfermeros, al personal y a algunos pacientes del Hospital. Agradecieron mucho que los tuviéramos en cuenta y varios quedaron muy emocionados, hasta las lágrimas. Fue un poco de consolación que tuvieron con este pequeño gesto.

Agradecemos al Señor y a nuestra Madre Inmaculada el poder tener las celebraciones, y así poder acercar su presencia entre los que más lo necesitan en este tiempo de pandemia.

Las Hermanas de la Casa de Formación de Buenos Aires, desde los primeros días de la cuarentena, quisieron acompañara a las personas solas y a las familias, compartiendo momentos de adoración, la Liturgia de las Horas, el rezo del Rosario, y la Coronilla de la Misericordia a las 3 de la tarde, transmitiendo en vivo por Instagram, desde la cuenta @casasanjosefic

Por supuesto, también compartieron por este medio durante los días de Semana Santa, los momentos de oración y celebraciones eucarísticas que tuvieron en el oratorio de la comunidad.

Las Hermanas y Prenovicias de la Comunidad Inmaculate Conception, en India, realizaron el gesto del lavatorio de los pies entre ellas, para revivir el mandato de Jesús: “Les he dado el ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Jn. 13, 15 )

Pedimos a Jesús que nos haga más humildes y fraternas, sirviendo por amor a nuestros hermanos.

También, se unieron en la Fiesta de Jesús Misericordioso, rezando coronilla de la Misericordia cantada en inglés.

El Domingo de Ramos, en el Hogar Juan XXIII, celebramos la Misa con toda Solemnidad.

El Capellán, que vive en el Hogar, al ser mayor, debe guardar cuarentena como todos los nonos. Por eso el Señor nos ha premiado con la Eucaristía diaria y con las celebraciones de Semana Santa, que no todos pueden celebrar.

Los nonos no reciben visitas, por ahora, y nadie de afuera puede entrar al Hogar, salvo el personal. Así que, las celebraciones se dan en un marco de verdadera intimidad, como Jesús con sus Apóstoles.

Hicimos una pequeña procesión con bendición de ramos, y celebramos la Eucaristía. Luego de la Misa, la Hna. Antonia sacó fotos a los nonos con sus ramitos en las manos y se los envió a las familias a través de las redes sociales. Es una manera de conectar a los abuelos con los suyos, ya que no pueden verlos personalmente.

Estaban muy contentos y vivieron este día en unión con Jesús, que entró en su Pasión para llevarnos a la Vida.

San Vicente Ferrer, patrono de nuestra Parroquia, salió a recorrer las calles de Lavras Da Mnagabeira, para interceder por el fin de la pandemia. La gente participaba desde sus hogares, invocando su intercesión vivando al Santo a medida que pasaba.

La capilla y el colegio que, en medio de esta pandemia, se encontraban en silencio y vacíos, durante la Semana Santa pudieron, de manera virtual, entrar en los hogares de nuestros alumnos, docentes y de los vecinos que concurren a la Capilla, para rezar juntos y celebrar los Misterios centrales de nuestra fe.

Iniciamos con la Misión de Ramos, y en los días sucesivos, compartiendo momentos de adoración, oración ante el crucifijo y la celebración de la luz y el Domingo de la Misericordia.

El domingo de la Divina Misericordia, salimos con el cuadro de Jesús Misericordioso por las colonias y comunidades. Hubo una buena receptividad de parte de las familias, fruto de la gran necesidad que tiene de ser acompañada en estos momentos de tribulación.

Entendimos que no podíamos quedarnos solamente rezando, si no estar cerca y caminar con ellos en la fe de que pronto saldremos de esta oscuridad: ya llega un nuevo amanecer…pues creemos en el mensaje de la Virgen: “Mi Corazón Inmaculado Triunfará…”

Ese domingo, también transmitimos en vivo, a través de la página de Facebook de la Parroquia de la Santa Cruz, un momento de oración que consistió en el rezo de la Coronilla de la Misericordia, delante de Jesús Eucaristía, intercalando cantos y algunos de los mensajes que recibió Sor Faustina. Nuestro Párroco nos acompañó en la oración y al finalizar nos dio la bendición con el Santísimo.

Comprobamos, por los comentarios, la necesidad de la presencia de Dios, que la gente está experimentando en estos momentos.  

Por la tarde, ayudadas por una laica, comenzamos a recorrer las calles desde una camioneta, con la imagen de Jesús Misericordioso. A través de una bocina y tocando puertas, invitábamos a la gente a salir a la puerta de su casa con su familia, para rezar con ellos. Pudimos, nuevamente, palpar el deseo que tienen de Dios.

Fue un domingo lleno de bendición, tanto para las familias con las que nos hemos encontrado, como para nosotras. Por eso, hemos pensando recorrer todas las calles de cada una de nuestras comunidades.

Ponemos toda nuestra vida bajo la mirada de Jesús Misericordioso.