Curia Arzobispal de Bs. As., Argentina

“Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar,
en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.”
(Gaudete et exsultate, 19)

El pasado 2 de agosto, en la Curia Arzobispal de Buenos Aires, tuvo lugar la Sesión de Clausura del Presunto Milagro, atribuido a la intercesión de la Venerable Madre Eufrasia.

En esta sesión se procedió a cerrar, sellar y lacrar las cajas que contienen las pruebas documentales y testificales de este presunto milagro, para ser entregadas en la Congregación para las Causas de los Santos, en Roma. Allí, la Voluntad de Dios se pondrá de manifiesto, a través de la voz de la Iglesia.

El Tribunal que presidió este proceso estuvo constituido por Su Emcia. el Cardenal Mario Aurelio Poli; el Delegado Episcopal, Pbro. César Salvador Sturba; el Promotor de Justicia, Pbro. Juan Cruz Villalón; el Perito Médico, Dr. Arturo Gil; la Notaria, Hna. Isabel Fernández y la Notaria Adjunta, Hermana Dulce Gloria Estefanía Castaño. La Postuladora de la Causa es la Hna. Natalina Fenaroli y la Vicepostuladora, la Hna. Nora Antonelli.

Comenzamos invocando al Espíritu Santo, luz y guía de todos los Santos, con un canto.

Seguidamente, la notaria presentó el proceso al Sr. Cardenal  para la verificación de la autenticidad de los documentos, quien luego invitó a los miembros del tribunal a prestar juramento.

Finalmente se procedió al lacrado de las cajas, que serán llevadas por la Portadora, Hna. Natalina Fenaroli.

Luego de firmar las actas procesales, el Cardenal Mario Poli, dirigió unas breves palabras de augurio, de las que destacamos: «Quienes den vuelta estas páginas y lean, se van a encontrar con muchos testimonios, con mucho trabajo, pero sobre todo, se van a encontrar con una mujer y con una pasión: la pasión movida por el amor al Evangelio y una mujer movida por el soplo del Espíritu. Y en eso confiamos, porque la vida de la Madre Eufrasia es la de una mujer fuerte y con mucho coraje, con mucha parresía…».

La Venerable Madre Eufrasia nos dejó en herencia un profundo amor a la Virgen Inmaculada y la sublime invitación a ser presencia mariana en el mundo. Finalizamos entonando las estrofas del Himno de la Congregación,  para expresar nuestra entrega filial a la Virgen.

Este nuevo paso en el proceso de canonización de nuestra Fundadora, significa para todas sus hijas una renovada esperanza en nuestro propio camino de santificación.


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