Buenos Aires, Argentina.

Respondiendo al pedido de Jesús

El pasado 17 de febrero, en la Catedral de Buenos Aires, el Cardenal Mario Aurelio Poli, presidió la Eucaristía en la Fiesta del Divino Rostro. Compartimos algunos párrafos de su homilía:

– A un día de comenzar el camino cuaresmal que nos llevará hasta la Pascua, hoy nos encontramos para adorar el Divino Rostro de Jesús. Ciertamente, no es la imagen deslumbrante del Jesús transfigurado que se reveló a sus discípulos en el Tabor para fortalecerlos ante el escándalo de la Cruz. El que vamos a venerar en esta Eucaristía es el semblante desfigurado de un hombre que yace, y en el cual perviven los rastros del tremendo castigo que padeció durante su pasión.

– Nadie puede pasar indiferente ante su Divina Faz, porque no fueron solo los verdugos, los soldados, o la turba violenta que vociferaba su crucifixión, los responsables de semejante castigo al divino paciente, pues «Él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades» (Is. 53, 4-5a).

– Este varón de dolores, mientras pendía de la Cruz, con los labios destrozados supo pronunciar palabras de ternura y entrega amorosa: «Mujer, aquí tienes a tu hijo» (Jn 19,26); palabras de consuelo y esperanza: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,43); palabras de perdón: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); palabras finales de entrega confiada a la voluntad del Padre: «En tus manos, encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46). Este es el Rostro que conoció el sepulcro para solidarizarse con la experiencia más profunda y aterradora del hombre: la muerte; para vencerla desde dentro y darnos su vida divina.

– Para la caridad cristiana, el Santo Rostro de Cristo expresa todos los rostros humanos, en todas las pruebas, sufrimientos y situaciones de indignidad y miseria a las que arrastra el pecado, personal y social. Son los rostros que el Papa Francisco encuentra en las periferias humanas y existenciales, son los hombres y mujeres que esperan ver su rostro en nuestro testimonio de vida.

– La luz de la fe nos hace ver un Rostro en el que se ve al Padre (Lumen Fidei 30). Si nos espejamos en su mirada con los ojos de la fe bautismal, no podremos resistir a la fuerza irresistible del Amor misericordioso de Dios que nos atrae, persuasiva y dulcemente, como le pasó a la Beata María Pierina.

– El sereno y pacífico Rostro del Cristo yaciente se convierte así en fuente de luz evangelizadora, y al espejarnos en su mirada nos concede la capacidad de reflejarlo, de rostro en rostro, a nuestros hermanos. (cfr. Lumen Fidei 37).

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Noticia publicada por la Agencia Informativa Católica Argentina:

http://www.aica.org/16351-el-cardenal-poli-presidira-la-misa-por-fiesta-de-santa.html

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Lavras da Mangabeira, Brasil.

Como pidió el mismo Jesús, antes de la Fiesta del Divino Rostro, rezamos la novena en nuestra Parroquia con el Apostolado de la “Sagrada Face” y otros devotos. Todos los días hubo una buena participación. 

Cerramos con la Misa el martes 17 de febrero, día de la fiesta, a las 19:00 hs, con la presencia de 30 personas de la parroquia de Mauriti, donde también están por implantar el Apostolado de la Sagrada Face. En el momento del ofertorio, el grupo de Mauriti ofreció rosas blancas al Divino Rostro.
Un joven dio su testimonio de vida, atribuyendo a la llegada de las Hermanas Hijas de la Inmaculada Concepción a la Parroquia su conversión y permanencia en la Iglesia Católica Apostólica Romana, puesto que atravesaba una crisis de fe y estaba por pasar a los Testigos de Jehova. Fue muy aplaudido por todos. Él forma parte del Apostolado de la Sagrada Face y es muy devoto de la Beata Pierina.
Agradecemos a Dios este don, esta devoción a la Faz de Cristo, de la cual es apóstol nuestra Beata Maria Pierina.
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