Merendero Madre Eufrasia. Monte Grande, Argentina
Nuestros hermanos que padecen más de cerca necesidades materiales, espirituales y sociales, encuentran atención y contención en las Hermanas de la comunidad Villa Inmaculada, que no ahorran esfuerzos para seguir acompañando tantas realidades de periferia, tejidas de sacrificios y dificultades para vivir dignamente.
En el mes de octubre, lanzamos un pedido de ayuda concreta a los colegios de la Congregación, a los Colaboradores FIC y a tantas personas que anónimamente siempre están para dar una mano, cuando a otros les falta. Todo el que llega al merendero, se va con algo para llevar algo a su hogar.
¡Y la ayuda llegó! Dios providente se manifestó a través de donaciones que, una vez más, hicieron posible el milagro de la multiplicación del pan.