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En la homilía de la Santa Misa, en nuestra pequeña capillita,  el P. Fidelino nos hizo reflexionar sobre nuestro rostro y el rostro de Jesús. Nos dijo que todos tenemos caras bonitas, pero no podemos imaginar el rostro tan hermoso de Jesús. Era tan bello y compasivo, que solo sus miradas atraían a la muchedumbre. La gente encontraba en Jesús todo lo que buscaba. El Padre nos hizo pensar si nuestros rostros y nuestras buenas obras también conducen a la gente hacia Dios. Dijo que hoy en día, la gente no nos cree, porque no encuentra el verdadero rostro de Jesús en nosotros. Hoy en día nos faltan vocaciones en todos los sitios, ya sea  sacerdotales o religiosas, porque no damos testimonio. El rostro de Jesús no engañó nunca a nadie; cuando la gente no encuentra ese rostro en nosotros, entonces se siente engañada.

La transfiguración de Jesús nos tiene que ayudar para transformar nuestra vida. Que ella brille con la luz del Señor, y que el Divino Rostro nos acompañe y nos bendiga.

Al finalizar la Misa, P. Fidelino veneró el cuadro de Santa Faz ofreciendo el incienso.

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