“Quiero que mi Rostro sea honrado con una fiesta particular…
que todos los fieles reparen conmigo…”

Como respuesta a este pedido, los Colaboradores, personal del colegio y vecinos de nuestro barrio, participaron de la adoración Eucarística, realizada antes de la Misa. Luego de rezar las Súplicas al Divino Rostro, el padre Germán, impartió la bendición con el Santísimo y comenzamos la celebración eucarística. Al término, el sacerdote bendijo las estampas y medallas del Divino Rostro, que luego entregó a los presentes.

Al ingresar a la Iglesia, entregamos material de la Madre Pierina: la biografía y estampas de la Beata, con el fin de extender esta devoción.

El Señor, al elegir a una Hermana de las Hijas de la Inmaculada Concepción para esta misión, nos invita también a nosotras a ser instrumentos que continúan llevando a cabo su deseo.

Que nuestra vida sea eco de las palabras de Madre Pierina: “Dar a Jesús, dar todo, dar siempre.”

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