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Parroquia São Vicente. Lavras Da Mangabeira, Brasil

Con mucha alegría recomenzamos nuestra misión dentro de los cuidados de la pandemia, bajo el tema: “São Vicente ayúdanos a ser una Iglesia de la Comunión Fraterna, del compartir el pan y del compromiso misionero.” (Hechos 2,42)

Empezamos en la segunda quincena de agosto con la misión de la pre-fiesta de San Vicente en las comunidades del interior y en la ciudad, que este año debido a la pandemia fue realizada en septiembre. Pasamos con nuestro Patrono por todas las comunidades, recibiendo una acogida lindísima, con oración, bendición, entregaron sus ofrendas y expresaron alegría y emoción.

Sentimos que, en medio de tantos sufrimientos y pruebas, nuestras comunidades, nuestros hermanos, permanecieron firmes en la fe, como dice la Oración de San Vicente.

El novenario fue muy bendecido por Dios, cada noche vino un Sacerdote o un Diácono para hacer la reflexión y celebrar. Para todos los que ayudamos en la liturgia y para los que participaron desde sus casas por los medios de comunicación, fueron momentos de gracia y crecimiento en el seguimiento de Cristo, a ejemplo de San Vicente.

Con este entusiasmo comenzamos el mes dedicado a las misiones y a Nuestra Señora del Rosario, en la certeza de que nuestra vida es misión. El tema elegido fue: “la Vida es Misión” y el lema: “Aquí estoy, envíame” (Is 6, 8).

El texto inspirador nos recuerda las palabras de nuestro Papa Francisco en la Exhortación Apostólica La Alegría del Evangelio: “Ser discípulo misionero está más allá de cumplir tareas o hacer cosas, misión no es parte de la vida, o adorno que me puedo quitar. Es algo que no podemos arrancar del corazón.”

En la semana realizamos las novenas misioneras, organizando pequeños gestos de misión y compromiso en bien de los que sufren, especialmente en estos tiempos de pandemia.

Oración Misionera:

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, fuente de la Misión, ayúdanos a entender que la Vida es Misión, don y compromiso.  Que María, nuestra intercesora en la ciudad, en el campo, en la Amazonia y en todas partes, nos ayude a cada uno de nosotros para ser testimonio profético del Evangelio, en una Iglesia Sinodal y en estado permanente de Misión.

¡Aquí estoy Señor, envíame! Amén


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