“Quien me contempla, me consuela”

El día martes 5 de marzo de 2019 en la Capilla de la Comunidad de la Escuela “La Inmaculada” de Rosario,  se celebró la Fiesta del Divino Rostro con mucha solemnidad. En la homilía, el Padre Rubén consideró mirar el Divino Rostro de Jesús como la entrega hasta el extremo, que  nos enseña a ofrecer nuestros sufrimientos: “muchas veces ante los mismos nos preguntamos el por qué y no nos hacemos el interrogante de “para qué”. Este Rostro es el Rostro de Dios que se humilló y padeció por nosotros y nos invita a ofrecer nuestros sufrimientos para que sean redimidos.

En Comunidad nos hemos preparado uniéndonos a todas las Hermanas con la hermosa novena y con adoraciones  a Jesús Sacramentado, pidiendo que el Divino Rostro de Jesús ilumine a la humanidad y santifique a los sacerdotes.

“Divino Rostro de Jesús, míranos con misericordia”

Festejos en el Colegio

Con mucha alegría hemos celebrado la Fiesta del Divino Rostro de Jesús el martes 5 de marzo de 2019 en la Capilla del Colegio “La Inmaculada” junto a docentes, colaboradoras FIC, ex alumnas y personal de maestranza.

  A las 10 de la mañana el Padre Fabián Monte celebró la Santa Misa. En la homilía se refirió por una parte al evangelio de la transfiguración y nos hizo contemplar al Cristo glorioso, pero para llegar a ello, debió sufrir y es el Siervo doliente del que habla Isaías. Lo relacionó con el Mensaje de su Santidad el Papa Francisco para la Cuaresma de 2019, destacó la necesidad de restaurar el rostro de Dios en nosotros y en nuestros hermanos. Nos siguió iluminando con estas palabras: “Al Divino Rostro de Jesús lo encontramos en todo hombre sufriente, en los “descartados” de la sociedad, como nos dice el Papa, está en el drogadicto, en el que nos pide algo para comer. El Padre Hurtado, un santo chileno, tenía que dirigirse a una reunión con unas señoras de la beneficencia, se puso el piloto, se llevó el paraguas y en el camino se intensificó la tormenta, y vio un mendigo que estaba empapándose, fue así que él le regaló su piloto; cuando llegó a la casa, estaba muy mojado, se secó y cuando se dirigió a la capillita, el mismo Jesús se le apareció y le agradeció el piloto. Fue este acontecimiento que marcó toda su vida y su apostolado, fue el creador de los hogares de Cristo y se dedicó especialmente a los más necesitados. Es más fácil amar al Cristo de una estampita o de una imagen, pero cuántas veces no vemos a Jesús en el que nos pide, en el que sufre, muchas veces le damos vuelta la cara y nos olvidamos que Cristo está allí, y nos invita a restaurar ese rostro doliente”.

El Padre Fabián nos dio la bendición con la reliquia de la Madre Pierina y luego invitó a su veneración, que fue muy emocionante, ya que todos se dirigieron a besarla con mucho recogimiento.


 

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