Las Hijas de la Inmaculada Concepción, elevamos con toda la Iglesia nuestro canto de acción de gracias por el Año de la Vida Consagrada que hoy comienza, y por habernos llamado a ser portadoras de Cristo para la humanidad.

Queremos responder al llamado del Papa Francisco:

«Donde hay religiosos hay alegría. Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado; que la auténtica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría; que nuestra entrega total al servicio de la Iglesia, las familias, los jóvenes, los ancianos, los pobres, nos realiza como personas y da plenitud a nuestra vida.»

 

(Carta apostólica del Santo Padre Francisco, 1)

 

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