Córdoba, Argentina
El pasado 21 de octubre, nos reunimos los tres Centros de Colaboradores FIC de Córdoba, en la Capilla Ntra. Sra. de Fátima, de Puesto Viejo, donde compartimos una jornada espiritual, en preparación a la renovación de la Promesa.
El día comenzó con un cálido reencuentro. Nos acompañó en las charlas, el Padre Martín Cervato, Párroco de Colonia Caroya. La primera plática titulada: “Iglesia, Signo del Reino de Dios”, marcó el tono para el resto del día. Aquí, profundizamos sobre la misión de la Iglesia como un signo tangible del Reino de Dios en la Tierra. Nos ayudó a reflexionar cómo los Colaboradores, podemos ser un faro de esperanza y amor en el mundo.
Después de la plática, tuvimos un tiempo dedicado a la adoración y la oración personal en silencio. Fue un momento de profundo encuentro con el Señor, permitiéndonos sumergirnos en la presencia de Dios y encontrar su Rostro en la Eucaristía.
Después de la oración, llegó el momento de un fraterno recreo, para compartir, luego, nos sumergimos en la segunda plática titulada “Fidelidad es discernir y responder”. Aquí, ahondamos la importancia de discernir las voces y los llamados en nuestras vidas y cómo responder fielmente a ellos. El Padre nos dio consejos para ser conscientes de las señales que Dios nos envía y estar dispuestos a seguirlas.
Después de la plática, nos dividimos en grupos de 4 o 5 personas para trabajar juntos en diferentes actividades. Fue un tiempo de colaboración, compartiendo ideas y reflexionando sobre cómo podemos llevar a cabo la misión que la Iglesia nos confía como laicos, y vivir según los valores del Reino de Dios en nuestra vida diaria.
Tras este tiempo de trabajo en grupo, llegó otro recreo para despejarnos y estrechar lazos con los Colaboradores de los otros Centros. Fue un momento de alegría que nos recordó la importancia de compartir con otros la fe y el Carisma.
La culminación del encuentro fue la celebración de la Misa, en la cual también se llevó a cabo la renovación de las Promesas, que realizamos con el deseo de continuar por la senda de nuestro Carisma, como miembros de la Familia FIC.
Después de la Misa, disfrutamos de un delicioso almuerzo compartido, donde continuamos el intercambio con la alegría de todo lo vivido en esta hermosa jornada.