Casa General

El 30 de mayo de hace 10 años, vivíamos uno de los momentos más grandes de nuestra historia congregacional: una Hija de la Inmaculada Concepción era beatificada. La Iglesia reconocía la santidad de la Madre María Pierina y la proponía como modelo.

Hoy también la Beata Pierina nos repite: No se contenten nunca con poco, sino elévense cada vez más alto.

Providencialmente, este aniversario de la Beatificación, tiene lugar en las vísperas de la Solemnidad de Pentecostés. Y no hay duda de que el Espíritu Santo es el autor de la santidad, que nos ayuda a crecer en la virtud y asemejarnos más a Cristo. El Espíritu infundió en la Madre Pierina la devoción al Divino Rostro, el amor a María Inmaculada, la obediencia como actitud constante de vida.

¡DEO GRATIAS!

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