Villa Inmaculada. Monte Grande, Argentina

El Papa Francisco reiteradamente nos recuerda la dignidad de los pobres, predilectos de Jesús. Así se expresó ante un grupo de personas que viven en la calle, sin techo:

La pobreza más grande es perder la capacidad de soñar”.

“Solo aquel que siente que le falta algo, mira arriba (el Papa mira al cielo) y sueña. El que tiene todo no puede soñar”.

En nuestra casa de Villa Inmaculada, nuestras Hermanas han abierto un taller de costura, para devolver a un grupo de mujeres humildes, la “capacidad de soñar”. Han logrado confeccionar con sus manos hermosos juegos de toallas bordados, acolchados para el invierno, artículos para el bebé… Descubrieron que tenían la capacidad de hacerlo y producir cosas útiles y bellas. Están dispuestas a iniciar la venta.


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